Mercurio es como un cable vibratorio que se extiende entre la persona y aquellos a quienes desea comunicar lo que tiene en mente. Éste planeta se expresa de manera diferente según se trate de cada signo del zodiaco. Lo que sí es general es que sirve de impulso para establecer la comunicación.
Es un planeta de la mente, tanto en su organización interna como en lo que se refiere a su funcionamiento. ¿Cómo pensamos?, ¿qué motiva nuestros pensamientos?, ¿por qué pensamos como lo hacemos?, preguntas y más preguntas. Y todo orquestado por la curiosidad, por las ganas de utilizar los elementos comunicativos para aplacar la imperiosa necesidad de transmitir e intercambiar ideas, de compartir con otras personas.
LEO ES EL REY
Es el jefe de la manada, el macho alfa, el capitán del barco, el general del ejército. El que siempre está buscando atraer hacia sí el interés de los demás. Mercurio en Leo funde los aspectos de ambos. Como resultado la persona que vive bajo los efectos de esta confluencia, se expresa con el vigor del león, con el pecho henchido y las cuerdas vocales muy afinadas. Su orgullo se traslada a sus palabras, surgidas éstas de una actividad mental muy animada.
Mientras Mercurio obra su hechizo otorgando locuacidad a Leo, éste siente un impulso por comunicar, por establecer enlaces con otras personas, para que pueda haber entre ellas un lenguaje común y fluido. Por momentos, el orgullo de Leo llega a inhibir este flujo comunicativo, esto va en contra de su propia realización personal.
Aunque con un poderoso ego, Leo no ha dejado de enarbolar un descolorido estandarte de nobleza. De hecho, es su calidez humana, su afecto sincero, es lo que le mueve a tejer lazos comunicativos. Este será el punto de anclaje para estrechar los lazos, para dejar a la palabra en libertad. Si Leo consigue hacer sentir que también es sensible, hecho de carne y hueso, convocará la confianza de aquellos con los que tiende vínculos a través de la transmisión de mensajes.
Algo que resulta curioso de presenciar es ver a Leo en actitud dramática. Sus energías no están bien contenidas en el recipiente de su cuerpo; de rato en rato, perceptibles chispazos escapan de él, haciendo prever el inminente estímulo que habrá de detonar sus violenta reacción. Un Leo teatral actúa a trompicones, Mercurio en Leo otorga ese carácter histriónico que incluso puede terminar en melodrama. En sus palabras mezcla una incipiente interpretación creativa.
La comunicación existe para transmitir intenciones y conocimientos. En este sentido, Mercurio en Leo necesita saber que aquello que va a aprender de veras va a serle de utilidad. Y, sobre todo, comprender cómo habrá de obtener el reconocimiento que tanto exige. Leo está más activo, en permanente movimiento, dinámico y sagaz. En sus elocuentes conversaciones, Mercurio en Leo puede llegar a olvidar la existencia del otro y desanudarse en lo que para él es un apasionante diálogo en el que él mismo es el meollo de la conversación.