Los oráculos de la Grecia Antigua: características y significado

El oráculo es una herramienta que, basada en el método de la adivinación, ofrece una respuesta dada por un Dios a una pregunta acerca del futuro. Es un culto que se hace a una deidad específica y tiene que cumplir rigurosamente con todos los requerimientos. Si alguno de estos se pasa por alto, no habrá resultado favorable. Los requisitos consisten en realizarlo en un lugar específico, sobre objetos destinados únicamente para el ritual. Solo algunos tienen las cualidades despejar dudas acerca del futuro. Se debe ejecutar solo por personas facultadas, para favorecer la comunicación entre lo divino y lo terrenal.

Principales oráculos

Los oráculos, como ya se ha mencionado, se hacían en lugares hechos solo para este fin. Eran edificios instaurados en toda Grecia, a excepción de el Ática. Se habla de 18 santuarios que contaban con este espacio, pero se cree que pudieron ser más. Algunos resaltan sobre lo demás ya que se consideraban más eficaces. Por lo tanto, son conocidos en todo el mundo y ocupan un papel importante en la historia. Epiaduro es uno de ellos, está situado en la Argólida, consagrado a Asclepios.

Estaba dedicado a la medicina, constituido por un tholos, gran construcción circular y un Abaton que es un pórtico de dos plantas en donde se ofrecía atención a los enfermos. Dodona, consagrado a Zeus es el oráculo más antiguo de Grecia, en él se encontraban los seles, sacerdotes al servicio de la adivinación. Lebadea se localiza en Beocia, en donde se adoraba al dios Trofonio, este fue un arquitecto que, por sus actos, fue venerado. Y al que le construyó este lugar hecho únicamente para la adivinación. Delfos es el santuario más importante de Grecia, el mas famoso. Inicialmente, era un santuario primitivo en poca micénica. En el siglo VII a.C se instauró como oráculo.

Características

Los oráculos eran lugares en los cuales solo se practicaba la adivinación, el proceso que se realizaba consistía en una serie de pasos que se tenían que seguir al pie de la letra. Lo más importante era, que este proceso fuera consultado solo por hombres. En esa época, a las mujeres no se les consideraba como ciudadanos aptos. Los interesados, tenían que pagar por este servicio, el precio variaba si se hacía individual o grupal. También se podía pagar un valor extra para acceder a ciertos beneficios, uno de ellos era la priorización. La fila se omitía y se atendía de inmediato al usuario que daba este excedente.

Para realizar la consulta, al interesado se le conducía hasta el adyton, que era el lugar reservado para llevar a cabo esta labor. Allí, se encontraba con el sacerdote sentado sobre un trípode. Era necesario que el sujeto ofreciera un sacrificio, entre más valioso, más eran las posibilidades de dar con una respuesta útil. Finalmente, el realizaba una pregunta a la que el sacerdote respondía. La conexión con el dios solo se daba por personas aptas, se dice el sacerdote entraba en trance, justo en ese momento, se aclaraba la inquietud dada.