El tranquilo e indulgente Tauro se somete a una relación tormentosa con la enérgica mujer de Aries. Ciertamente si se quiere que una relación de esta naturaleza perdure durante el largo plazo se requiere mucha capacidad de tolerancia entre ambos. Para conseguirlo deberán basarse en las cosas que los impresionaron inicialmente. Los ojos de Tauro, si no lo ha olvidado todavía, quedaron encandilados con el empuje de Aries. Los nervios impulsivos de ella, a su vez habían sido absorbidos por la serenidad de Tauro. Por lo tanto tienen elementos que pueden amar el uno del otro, es esencial que exista respeto proveniente de ambas partes.
¿Atracción fatal?
Existe una atracción sexual muy poderosa entre la mujer de Aries y el hombre de Tauro. El fuego de Aries es difícil de extinguir, por eso ella debe aguardar un momento, manteniendo sus impulsos bajo control, hasta que el hombre de Tauro haya recobrado fuerzas. Si ambos están de acuerdo en más de una cosa, pueden ayudarse mutuamente en la vida. Los proyectos que emprende la mujer de Aries pueden contar con la asistencia del constante Tauro. Ante las dudas de Tauro frente a si emprender o no una marcha, vendrá la ayuda de la decidida mujer de Aries.
En el amor, el hombre de Tauro es un ser tocado por vibras espirituales, con intensos deseos naturales. Bajo su atenta mirada, el amor entre los dos boga hacia puertos seguros, pero antes ha de habérselo planteado como objetivo a cumplir. Si la mujer de Aries consigue escribir en la mente de Tauro la necesidad de mantener la relación, éste empleará sus energías para que la vida en pareja sea un éxito. Aunque al hacer esto, la mujer de Aries debe estar dispuesta a soportar los celos del Toro, porque es su naturaleza el serlo y no se desprenderá de ellos muy fácilmente.
Aries conquistadora por propio ego
La mujer de Aries necesita conquistar para consolidar su autoestima. Es muy apasionada y suele expresarse ante el hombre que la atrae sin ningún tipo de rodeos, ella va con la intensión de ganar. En cuanto a la manera en que se expresa, es simple y directa pero también respetuosa. Está siempre pensando en nuevas aventuras por vivir, lo cual puede dificultar su relación con el hombre de Tauro, pues éste es más apegado a hábitos ya establecidos.
Cuando la relación se formaliza, el hombre de Tauro vuelca sus actividades a la vida familiar, ateniéndose a las viejas costumbres y formas. La mujer de Aries, por el contrario apunta más a una vida en libertad, necesita estar afirmando constantemente su poderío con nuevos retos. Para ella el matrimonio es como una densa cáscara que la encarcela en actividades para las que ella no ha sido hecha. No obstante, cuando la química de los vínculos familiares comienza a operar, se planteará nuevos objetivos, considerará que la integridad de la educación de los hijos, el amor a su hombre y el trabajo son desafíos igual de emocionantes a aquellos en los que solía sumergirse.