Un amante es una persona que en ocasiones incursiona secretamente en la vida de alguien ya comprometido o casado para hacerle revivir experiencias olvidadas y desempolvarle la pasión. Su presencia será bienvenida o reprobada dependiendo de quién sea el que lo juzgue.
Sin embargo, en este artículo nos referiremos a ese ser que es la encarnación de nuestros deseos más enfervorizados. Hablamos de aquel amante en quien todos nuestros sueños y fantasías se cumplen.
La embestida de Tauro en dirección a su felicidad
Aquellos signos a quienes cuesta trabajo comunicar sus pensamientos y sentimientos encuentran un aliado en Tauro. En la sonrisa franca y transparente del Toro brilla una invitación a la confianza, a quitarse las mascaretas y ser uno mismo; esto es muy favorable cuando signos como Virgo, Capricornio o Escorpio intentan ganarse su corazón. Tauro, signo terrenal y poco soñador, conocerá un día a un encantador personaje que estará dispuesto a interpretar el papel del amante ideal, enamorándolo con sinuosos versos provistos de inteligencia. Encontrará en este ser, a alguien que aproveche sabiamente su firmeza y paciencia, que sepa hacerle sentir su auténtica valía.
Nos referimos a Virgo, al elocuente Virgo que siempre mide el alcance de sus palabras y brinda cuanto hay en sí para hacer que la persona que ama obtenga la felicidad. Entonces se habrá producido la colisión de dos cuerpos destinados a fusionarse algún día: Virgo y Tauro, Tauro y Virgo enamorados: amante ideal y persona amada, embriagados en un pasodoble taurino. Capricornio. Los enormes ojos bonachones de Tauro, si todavía no han hallado una diana a la que aferrarse con pasión, estarán dispuestos a someterse a la férrea personalidad de Capricornio, que, sin problemas, podría tomar el puesto de amante ideal.
Capricornio, una excelente elección pero Escorpio…
Felicidad, Tauro y Capricornio, dos seres destinados a insuflarse alegría mutuamente. Para Capricornio, Tauro se integra en sus planes con mucha facilidad, ya que es un signo realista que cumple lo que se propone, al igual que él. Ambos apartarán de sus vidas el falso influjo de las fantasías, su efecto adormecedor, aquel que impide avanzar pisando el mundo con firmeza. Los bienes materiales, tallados con refinados gustos artísticos, caerán como la lluvia, empapando sus vidas de lujo y prosperidad.
Si el persistente y muchas veces terco en extremo Tauro todavía no ha escarbado lo suficiente para descubrir a su amante ideal, tal vez pueda enfilar la mirada en la dirección opuesta a aquella por la que se conduce en la vida. Entonces hallará al ser que es su complemento: Escorpio. Tauro y Escorpio, dos seres muy diferentes; mientras este último viene arrastrando el calvario en sus entrañas, Tauro prefiere tomarse las cosas con calma. Aunque, por ser complementarios, al encontrarse por primera vez, sentirán una atracción irremediable que los juntará sin que nada puedan hacer para evitarlo. La fuerza de los opuestos obedece a una ley que ha operado desde el principio de los tiempos y nada puede escapar a sus mandatos; la atracción que sientan ambos será el único adhesivo en que se basará la relación.